Juan 14:16-17 - Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros
Es interesante notar las diversas enseñanzas brindadas por parte de Jesús a sus Discípulos de las cuales muchas terminaron convirtiéndose más bien en CONVERSACIONES. Jesus no solo es el Mejor Predicador en toda la historia, sino que Jesus tambien tenia el Poder de enseñar y hablar de tal manera que todo oyente con un Corazón dispuesto y obediente, al escucharle, comienza a anhelar aún más de lo enseñado o inclusive realizar preguntas en cuanto a lo enseñado. Es cierto que Sus discípulos en muchas ocasiones preguntaron debido a que no entendieron sus enseñanzas, pero es también certero que el Escuchar a Jesús puede producir el deseo de también Hablarle y Escucharle no tan solo por un periodo, sino por el resto de nuestras vidas. Vemos evidencia de esto al notar las multitudes que se sentaban a escucharle donde muchos tenían que ser despachados ya que si fuera por ellos, allí permanecerían hasta que se les permitiera. Que ironía, los oyentes del ayer querían escuchar más y más, mientras que muchos de los oyentes de hoy, quieren escuchar cada vez menos y menos. Sin embargo, en esta porción y conversación que Jesus entablo con sus discípulos, ellos también realizaron muchas preguntas, convirtiendo tal conversación como una de las más importantes en la historia de la Iglesia. Jesus no solo tomó el tiempo de Enseñar lo necesario, Él también tomó tiempo para permitir que esto fuera una Conversación. Si hay algo que Jesus ha amado hacer desde su tiempo en la tierra hasta el presente, es entablar Conversaciones con sus seguidores. Si Jesús habló con Sus Discípulos durante Su tiempo en la tierra, ¿cuánto más no querrá Jesús conversar hoy con Nosotros?
En esta ocasión, nos encontramos nuevamente en el momento en el cual Jesús está a la mesa con sus discípulos antes de ser entregado. Un momento en el cual varios temas importantes fueron discutidos, algunos positivos como otros negativos y complicados. ¿Cuántos quizás hubiéramos querido estar en aquella mesa, asombrados por Sus Palabras, más preocupados por pronto Sacrificio? Conociendo tal momento crucial en la historia, y el efecto que tendría su pronta ascensión al cielo, Él se encargó de brindar una gran promesa que quizás al momento parecería confusa, pero al llegar del día de Pentecostés, sería la mejor promesa que la Iglesia pudiera recibir. Igual nos pasa, en muchas ocasiones, no entendemos lo que Dios dice o mayor aún, lo que Dios promete, pero que gozo cuando llegamos a esos momentos donde lo que antes no hacía sentido, se hace manifiesto en nuestras vidas con tal precisión que no tenemos más opción que reconocer que Dios sabe lo que hace, y todo lo que Él hace, siempre lo hace Perfecto. Los discípulos también se sintieron así, pues escucharon sobre una gran promesa donde Otro como Jesus les sería dado para siempre, alguien que no podían ver, pero al mismo tiempo alguien que podrían pronto sentir y conocer. Dios siempre tiene momentos indicados donde Él extiende Sus Promesas, pero de igual manera, El también tiene momentos precisos donde entonces nos permite no sólo recibir, sino poder entender aquello que es recibido. Entender una Promesa es igual de importante que poder Recibirla. Jesus siempre tomará tiempo para ambas acciones.
Jesus, conociendo su pronta partida física de la tierra, al morir, resucitar y luego volver a ascender, El sabía que esto provocaría un gran vacío en los corazones de Sus seguidores. Era con Jesús físicamente a su lado, y aun dudaban, fallaban, cuestionaban, entre tanto mas, cuanto mas no sufrirán ahora que Jesus será ascendido al cielo.? ¿Volvería Pedro a negarle? ¿Volvería Mateo a recaudar impuestos? Jesus tenía todo esto en mente, Jesus tenía todo el Poder para realizar Su Propósito en la tierra y al mismo tiempo conocer lo por venir y preparar el camino para un comienzo exitoso de la Iglesia Primitiva. Debido a esta razón, es que entonces Jesus es bien específico al entregar esta promesa, notemos lo que Jesus dice. Jesus les promete que luego de su partida la cual ellos aun no entendían lo que significaba, OTRO como ÉL les sería dado como un Regalo, una Promesa muy Gloriosa y también necesaria. A esto, Jesus también añade que un CONSOLADOR les será dado, uno que estará en ellos. Una promesa de tal magnitud, requiere un amplio conocimiento de la misma y este sería el caso de los discípulos, quienes quizás al momento no pudieron entender pero más adelante en el día del recibimiento de la misma, entonces pudieron recordar cada preámbulo y cada palabra que Jesus impartió en referencia a tal promesa. Como Iglesia, cuando recibimos una promesa, asumimos entenderla, o doblamos rodilla en busca de sabiduría? Cómo reaccionamos ante Sus Promesas?…. Para Reflexionar
Abundando un poco en las Palabras utilizadas por Jesus y el significado de tal promesa, podemos entender que la Palabra “CONSOLADOR”, hace referencia en su original al término “PARAKLETOS,” el cual tiene las definiciones de alguien que es un “ayudante o un intercesor.” Jesus estaba al tanto del conocimiento de sus discípulos para tal término, esto rápidamente sembraría en sus mentes el porqué necesitar de un Ayudante o alguien que Interceda, tenían a Jesus a Su lado, había alguien posiblemente mejor que Jesus? Tal pensamiento y muchos otros pudieron haber corrido por sus mentes, sin embargo, Jesus quería comenzar a plantar en ellos la importancia del Espíritu Santo junto a su Rol para todo Recipiente del Mismo. Así como los discípulos, todo cristiano, luego del ascenso de Jesus, necesita activamente la Ayuda e Intercesión del Espíritu Santo. No deberíamos tener que recordarlo pero aun así, es imposible ser un Cristiano efectivo y a la imagen de Cristo, sin la habitación del Espíritu Santo. Repito, no solo el RECIBIMIENTO, sino la HABITACIÓN. Si Jesús nos muestra al Padre, el Espíritu es quien nos muestra a Jesus, si Jesus ando con sus discípulos, el Espíritu Santo es quien dirige la Iglesia, si Jesus se sentó a comer con todos, el Espíritu Santo es quien nos da la Provisión Espiritual, si Jesús es la Verdad, es el Espíritu Santo quien nos lleva a tal Verdad. Es necesaria la Intercesión del Espíritu Santo para nuestros momentos de debilidad, soledad, decadencia, entre tanto, pero es también necesaria la Ayuda del Espíritu Santo para lograr Conocer y Parecernos a Uno que es Mucho Más Grande que nosotros.
Por lo tanto, El Parakletos, ese Espíritu de Verdad, es mucho más que una Promesa para la Iglesia, es también Aquel que nos Ayuda, que Intercede por nosotros, que nos Enseña, que nos Habla, que nos Consuela, entre tanto más. Si hubo algo que los discípulos aprendieron luego del día de Pentecostés, es que aun habiendo recibido al Espíritu y habiendo caminado con Jesus, aún tenían mucho que APRENDER, y mucho por lo cual necesitarían su AYUDA. Es por esto que en cada decisión tomada, cada sermón predicado, cada milagro realizado, el Espíritu Santo, el Parakletos, no solo estuvo presente, sino que fue el Protagonista. No se movían, si el Espíritu no lo permitía, no hablaban, si el Espíritu no les daba lo que habían de decir, no oraban por otros, a menos que el Espíritu los dirigiera, no habían decisiones sin primero escuchar la voluntad de Aquel que los llamó. Si fue necesario que la Iglesia Primitiva Recibiera un Parakletos, cuánto más no será Vital que la Iglesia del Siglo 21 Reciba, Escuche y Obedezca la Voluntad del Consolador?
El Parakletos fue Prometido sentados en una Mesa y fue Recibido en un Aposento Alto, pero hoy es Obedecido y Habitado en todo Corazón que reconoce que necesitamos tanto Su Ayuda como Su Intercesión.
"Es necesaria la Intercesión del Espíritu Santo para nuestros momentos de debilidad, soledad, decadencia, entre tanto, pero es también necesaria la Ayuda del Espíritu Santo para lograr Conocer y Parecernos a Uno que es Mucho Más Grande que nosotros"
Autor: Jorge Colón
theoreihub@gmail.com
8.30.2025