Números 20:7 - Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 8 Toma la vara, y reúne la congregación, tú y Aarón tu hermano, y hablad a la peña a vista de ellos; y ella dará su agua, y les sacarás aguas de la peña, y darás de beber a la congregación y a sus bestias. 9 Entonces Moisés tomó la vara de delante de Jehová, como él le mandó.
Es interesante notar como un hombre escogido como Moises, luego de una larga y dificultosa jornada, luego de tantas victorias, no pudiera entrar en la Tierra Prometida por la cual tanto trabajó. Este concepto ha creado muchas preguntas en creyentes, ya que se les hace difícil entender como una acción errónea puede llegar a opacar todo lo bueno realizado por el. A pesar de Su Soberanía, Jehova debió haber encontrado una razón lo suficientemente concreta para establecer tal decreto sobre la vida y destino de Moises. Imaginemos cómo él se debe haber sentido al escuchar que ahora no podría entrar en la tierra prometida, imaginemos sus fuerzas caerse, quizás pudo hasta haberse rendido en el momento. Sin embargo, Moises no centró sus esfuerzos en su deseo de llegar a la Promesa, sino que se centró en el Cumplimiento de una Promesa para el Pueblo Escogido, aun cuando él fuera excluido de tal victoria. Moisés sabía que no se trataba de él, sino que la prioridad era que Jehova fuera exaltado al lograr llevar al Pueblo a la Tierra Prometida, ya sea bajo Moises, o bajo un Sucesor tal como Josue lo fue. Es necesario entonces meditar que puede haber llevado a Jehova tomar este decreto, bien sabemos que Jehova no toma la obediencia en vano, pero al mismo tiempo, El es un Dios lleno de Gracia, El cual también sabe proveer segundas oportunidades hacia aquellos a quienes Él muestre Gracia. No pretendemos CUESTIONAR la decisión de Jehová hacia Moises, más bien buscamos ENTENDER este decreto, para que no seamos los próximos en ser excluidos de una Promesa tan Edificante como lo es llegar a una Tierra que produce Leche y Miel, luego de vivir largas temporadas en nuestros desiertos.
No podemos ignorar que nos encontramos en otra ocasión donde el Pueblo Escogido decide comportarse como un Pueblo Impuro, como uno que no tiene un Dios y que si lo tiene, tampoco confía en Él. Es aquí donde el Pueblo continúa el patrón de quejarse y cuestionar en cuanto a lo que no tienen. Se encontraban en camino del Desierto, y así como una vez había pedido Agua para saciar su sed, ahora repetían su pedido. Claro está, no es fácil estar en un desierto, es inevitable que la sed llegue a nuestras vidas, pues la sed no es un lujo, es una necesidad, tanto física como espiritualmente. El Pueblo comenzó a recordar a Egipto, donde a pesar de la opresión contaban con alimento, volvieron a invertir las prioridades en sus vidas. Muchas veces solemos hacer como el Pueblo de Israel, El Senor nos lleva a nuevos caminos, a propósitos y promesas y cuando llegan los momentos de sed o momentos dificultosos, solemos anhelar volver al pasado, pensando que allí encontraremos lo que necesitamos, cuando en realidad nuestro pasado no puede ofrecernos lo que necesitamos, sino más bien lo que deseamos. Son muchas las veces que sabemos lo que necesitamos, pero al buscarlo en el lugar incorrecto, podemos terminar abrazando lo que deseamos, por encima de lo necesario.
Esto provocó al Pueblo a venir donde Moises, su líder, aquel a quien ellos preferían cuestionar en vez de clamar a Jehova directamente. Claro está, Moises era quien lograba hablar con Dios cara a cara, y él fue el escogido para dicha tarea. Sin embargo, conociendo la Gracia de Dios, si el Pueblo decide humillarse genuinamente, estoy convencido de que Jehova no deja justo desamparado, ni simiente que mendigue pan, y mucho menos agua. Si recordamos las porciones brindadas en el libro de Éxodo, podemos ver que esta no es la primera vez en la cual el pueblo pide agua. Previamente, Moises consultó a Jehova ante tal pedido y el mandato fue que Moises debía reunir al Pueblo, y utilizar su vara para así golpear a la Pena, y que luego esta expulsara el agua que el Pueblo necesitaba. Moises logró este mandato, el Pueblo pudo recibir y tomar el agua. Sin embargo, Moises vuelve a consultar a Jehová, quizás en espera de que las instrucciones sean distintas en esta ocasión. Moises pudo haber intentado la acción previa sin consultar a Jehová, pero es hermoso que él haya tomado tiempo para consultarle primero. Una Consultación con Jehová, puede ayudarnos a evitar una Corrección de parte de Jehová. Luego de escuchar la Voz de Jehová nuevamente, las instrucciones fueron bastante parecidas, pero con una gran diferencia. Previamente, Moises solo tenía que GOLPEAR la peña con su vara, y esto produciría el agua. Sin embargo, ahora Jehova eleva el estándar y le pide que le hable a la peña. No sabemos qué habría en la mente de Moises al escuchar el leve cambio, pero tenemos que reconocer que las instrucciones fueron claras y precisas, podríamos pensar que así como fue exitoso la primera vez, esta segunda ocasión no sería la excepción. Es necesario entender que cuando Jehova provee instrucciones, el no busca negociación, ni tampoco nuestra sugerencia, el solo busca alguien dispuesto a obedecer, aun cuando la instrucción parezca no hacer sentido. Golpear la Peña requería la Vara, más hablarle a la Peña requerirá que Moises hable con esa misma Voz que un día el intentó utilizar como excusa para no ir ante Faraon.
¿Cuál fue el resultado? Aun al Moises recibir instrucciones precisas, el decidió golpear la Peña en vez de hablarle, y no tan solo la golpeó, sino que lo realizó unas dos veces. Moises no solo llevó a cabo la acción incorrecta, sino que también la aumentó en cantidad. No sabemos que hubo en su mente, pero sí podemos pensar que imagino que la estrategia del pasado le habría de volver a funcionar. Parece que olvidó que había no sólo una nueva instrucción, sino también un propósito en la misma. Recordando los simbolismos y preámbulos del AT, sabemos que Cristo, es representado varias veces como la Roca o la Peña. Un Jesús mencionado en el NT como la Piedra Angular, es el mismo Jesús que es Profetizado a través de las Rocas o Peñas del AT. Por lo tanto, podemos ver como esta Peña también puede representar al Jesús del NT cuando dice que todo aquel que tenga SED, debe acercarse a Él y tomar y ser Saciado. Aquí vemos un Pueblo sediento tanto físicamente como espiritualmente, que necesitaba Agua para el Cuerpo pero también el Alma. Al Cristo ser Representado tras esta Peña, toda acción que Moises realice ante la misma, tiene que ir de Acorde con el Propósito de Jehová. Al Moises volver a golpear la Peña, una que previamente ya había sido golpeada también en Representación de Cristo, sería una señal de que Cristo sería Golpeado o Castigado Dos veces en vez de una. Si vamos al Sacrificio en la Cruz, es alli el momento donde el Hijo lleva nuestros Pecados y recibe la Ira del Padre, es alli donde la Peña es verdaderamente Golpeada y Molida por nuestros pecados. Sin embargo, esto solo sucede UNA vez, El murió por nuestros Pecados una vez y por todas. Al Moises Golpear la Peña nuevamente, es simbolismo de que Jesus debe de volver a ser Golpeado y no Mencionado ni Glorificado. Es por esto que también podemos aplicar y decir que era necesario que se le HABLASE a la Peña no solo para que El Agua fuera Provista, sino para también apuntar hacia una Piedra que ya fue Golpeada pero un Día será Glorificada y Anunciada ante todos. Tal como nos dice el NT; La Piedra que fue Reprobada y Golpeada, ha pasado a ser Cabeza del Ángulo. Al Moises realizar la acción incorrecta, esto le demostró a Jehova que Moises no creyó en que la Sed del Pueblo sería saciada con una nueva instrucción, sino con la acción del ayer, aquella que un día había funcionado. Moises se enfocó más en su Vara que en la Instrucción del Dador de la Vara.
En muchas ocasiones, también solemos perder nuestro enfoque y mirar hacia nuestra Vara y sus Capacidades, y no recordar la Pena y la Firmeza de la misma. Tenemos que recordar que todo creyente no solo tendrá que obedecer ante la Peña, sino que toda nuestra vida la llevamos a cabo estando ante la Peña. Cristo, la Peña de Agua de Vida, aquella Fuente Inagotable, es nuestro Fundamento, pero también nuestro Maestro. Nuestra Sed, como la Sed de aquellos que nos rodean no necesita el Milagro de una Vara, sino que seguimos necesitando que la Gracia y Favor de la Peña siga Brotando Agua hacia nuestras Vidas.
Antes de que nuestros Pies Caminen por una Tierra Prometida, necesitamos que nuestros Corazones se Sometan ante el Estandar de la Peña.
"Antes de que nuestros Pies Caminen por una Tierra Prometida, necesitamos que nuestros Corazones se Sometan ante el Estandar de la Peña."
Autor: Jorge Colón
theoreihub@gmail.com
10.28.2025