Lucas 2:41-50 - “Iban sus padres todos los años a Jerusalén en la fiesta de la pascua; 42y cuando tuvo doce años, subieron a Jerusalén conforme a la costumbre de la fiesta. 43Al regresar ellos, acabada la fiesta, se quedó el niño Jesús en Jerusalén, sin que lo supiesen José y su madre. 44Y pensando que estaba entre la compañía, anduvieron camino de un día; y le buscaban entre los parientes y los conocidos; 45pero como no le hallaron, volvieron a Jerusalén buscándole. 46Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles. 47Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas. 48Cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia. 49Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?”
En una ocasión, escuche a un niño preguntar a un anciano de la Iglesia la siguiente pregunta; “Señor, ¿me podría decir porque usted nunca falta a la Iglesia?, siempre que asisto junto a mi mama usted siempre dice presente y es de los primeros que llega a los servicios, usted no tiene días que siente no asistir o quedarse mejor en su casa?” El anciano sonríe luego de escuchar al inocente niño, quien al mismo tiempo había realizado una simple pero profunda y necesaria pregunta, él responde; “Nino, quizas parezca que no es común que alguien como yo no falte apenas a los servicios, o que casi siempre diga presente, sin embargo, estás enfocándote en aquel que siempre asiste, y no en aquellos que acostumbran a no asistir,” el anciano añade, es mas comun hoy dia no querer asistir a la Iglesia, que permanecer en ella lo mayor posible. Claro, tengo días donde no siento fuerzas, donde ando triste, donde me siento solo, pero aun en días de oscuridad, recuerdo que en los Negocios de Mi Padre encuentro luz. No siempre logro entrar por los Atrios del Templo con Alabanza, pero al finalizar cada servicio, si logro salir del Templo con gran Esperanza. El culmina su respuesta diciendo; “Niño, siempre procura entrar por los Atrios del Templo todos los días que puedas, no importando la condición, pues no se trata solo de cómo ENTRAMOS al templo, sino de todo lo que SUCEDE cuando ya logramos estar dentro.”
Es alarmante ver como la pregunta del niño hacia al anciano, es una pregunta que se escucha mucho en nuestros tiempos. Aquellos que asisten frecuentemente a nuestras Iglesias, son vistos como raros o exagerados mientras que aquellos que escogen cuando sí deben y cuando no quieren ir, son definidos como lo normal. Es común ver hoy como ante los tiempos tan ajetreados que se viven, muchos suelen ver la asistencia a la Iglesia y los negocios del Padre como algo OPCIONAL, y no como algo VITAL. El mundo y la influencia nos quiere ver disminuir la importancia de nuestros servicios, mirando a la Iglesia más bien como un lugar al cual vamos solo cuando podamos o queramos, y no cuando lo necesitemos (todos los días.) Los tiempos digitales, las tantas alternativas para congregarse que hoy día se han adaptado, nos ha llevado a pensar que no es necesario llegar físicamente a un lugar en Koinonia con los hermanos, nos hace pensar que con tan solo unirnos a una videollamada semanal y dar una ofrenda, ya podemos decir que estuvimos en los negocios de nuestro Padre. Esto es sin añadir, la demanda de nuestros trabajos, el tanto entretenimiento disponible, entre tantas razones más….. Es triste reflexionar en una frase que nunca olvido, no recuerdo quien la mencionó pero dice así; “Antes, los Cristianos eran Perseguidos para que Dejaran de asistir a la Iglesia, hoy, los Cristianos necesitan ser Perseguidos para que Decidan asistir a la Iglesia.” Duele escuchar una frase como esta, pero es muy relevante, se ha perdido el deseo de Congregarse, de saludar a los hermanos, de llegar al templo, no porque allí sea el único lugar donde Dios diga presente, pues Él habita en nosotros, pero todo aquel en quien Dios habita, El también produce El Deseo de estar en Su Casa y Sus Negocios.
Para profundizar un poco en esta temática, podemos transportarnos a los tiempos de Jesus cuando era niño. Podemos ver como sus padres decidieron ir a la fiesta de la Pascua donde se entiende que esta sería la primera vez que Jesus asistió a la misma. Que hermoso ver como siempre hay una Primera Vez para todo, recordamos aun nuestra primera ocasión en alguna Iglesia? Para Reflexionar…. Esta fiesta de la Pascua para tal entonces, se celebraba anualmente y era de recordatorio para el pueblo nunca olvidar la liberación que Jehova brindó durante la opresión Egipcia, ese momento donde aquellos hogares marcados con la Sangre recibieron vida en vez de Muerte. Todo lo que Dios hace por Su Pueblo, es digno de ser Celebrado. Imaginemos lo siguiente, que habría de hacer un niño como Jesus en esa fiesta, quizás podemos pensar que al ser niño Jesús hubiera tenido más interés en jugar, en conocer otros niños, en pasar un buen rato, la Biblia no detalla mucho este suceso, pero no vemos oposición o queja alguna en cuanto a Jesus atender tal fiesta siendo niño. Veo gran valor en Jose y Maria involucrar a Jesus durante tan temprana edad en tal fiesta, reconociendo que Dios es Dios también de los niños, y que Él busca Padres que no les impidan llegar a Él, sino que estén dispuestos a entregárselos y dedicárselos a Él. Hoy día es común no elegir llevar niños a nuestras congregaciones pensando en que serán de estorbo o en el ruido que pueden provocar, sin embargo, siempre digo que es mejor que un Niño Grite en una Iglesia, a que luego se lamente y Llore en una Cárcel. Dios es perfecto y Su Plan se hubiera cumplido, pero que hubiera sucedido con Jesus si sus Padres no lo hubieran llevado a la Fiesta en esa ocasión? ¿Se hubieran quedado trabajando en Carpintería? O simplemente hubieran tenido una semana como cualquier otra? De igual manera, que sucede cuando pudiendo asistir a nuestros Cultos, decidimos tener un día ordinario en nuestro hogar, y no uno extraordinario en la Casa y Negocios del Padre?
Al leer la narrativa nos llevamos la sorpresa de que Jose y Maria no fueron padres perfectos, así como nosotros tampoco lo somos. Ellos, pensando que Jesus estaba entre la multitud, abandonaron la fiesta luego del tiempo necesario, sin darse cuenta que Jesus aún permanecía en el templo. Más adelante, cuando notan la ausencia de Jesus, comienzan desesperadamente a buscarle, imagínese, el Mesías prometido, dado por el Padre, se les había perdido, quien no tendría miedo ante tal escenario?. ¿Irá el Padre a castigarlos por tal descuido? En su búsqueda ferviente, logran encontrar a Jesus aun en el templo, allí Él permanecía, con los Escribas y Doctos en la Ley. Tenemos que entender que un suceso como este era totalmente único, los niños a pesar de que aprendían la ley desde pequeño y eran instruidos, los niños no tenían voz y voto de tal manera en los templos y mucho menos de poder cuestionar y argumentar con Doctos de la Ley. Esto no era solo un niño Jesús que quería estar en la Casa del Padre observando, sino uno muy activo, uno que quería trabajar en los Negocios de Su Padre. Una cosa es atender la Casa, y otra es ser Parte del Equipo, una cosa es Asistir a la Iglesia, y otra es Ser la Iglesia. Jesus aun siendo niño, nos muestra no solo el anhelo de estar allí, en el mejor lugar que podía estar en ese momento siendo efectivo, sino que también quiso proveer lo que Él Padre quería enseñar a través de Él. Son muchas las veces que no llegamos a la casa del Señor aun cuando realmente podemos esforzarnos un poco más y decir presente, pero es alarmante, cuando logramos llegar físicamente pero el anhelo espiritual de estar allí se encuentra totalmente ausente. Cuántas veces no hemos llegado, adoramos, escuchamos, y nuestra mente aún sigue en algo diferente, en alguna preocupación, o con el deseo de ya salir de allí y cumplir con nuestra rutina? Cuántas veces no hemos sido partícipes de una Admirable Asistencia Física al Templo, pero al mismo tiempo Carentes de Atención Espiritual?
Hoy el Señor nos alienta en cuanto a dos grandes Retos, el desánimo de no Asistir al Templo, pero también la Carencia de Atención dentro del mismo. Si tan solo reflexionamos en cuántas personas en otros lugares del mundo, darían lo que fuera por poder asistir cultos como los nuestros, si tan solo viéramos cuánto otras personas caminan para poder llegar al templo. Si tan solo recordamos todo lo que puede suceder cuando el pueblo de Dios se reúne, en un mismo sentir, mismo lugar, mismo pensar, mismo objetivo, dispuestos a no solo estar Presentes, sino también a ser Partícipes, tendríamos más Cultos de Oración, y menos Campanas y Eventos especiales, para intentar traer más personas. Si tan solo recordamos la importancia de Estar y ser Activo en los Negocios del Padre, tendríamos menos ausencias y más experiencias por contar. La Biblia nos recuerda que es vital que no dejemos de Congregarnos, que es necesaria la Koinonia, que la Casa y los Negocios del Padre no son una Opción, son una Necesidad. ¿Cuán lindo sería que cuando Jesus venga por nosotros, nos hallase en Su Casa y en Sus Negocios? Que nos hallase predicando, o en un estudio bíblico, o visitando los enfermos, o sirviendo a la comunidad, que lindo seria, que cuando Jesus venga, no solo podamos Escuchar la Trompeta, sino también Demostrar que Hemos Vivido cada día intentando ayudar a otros a que también puedan Escucharla.
“Congregarse no es una Rutina, no es un Pasatiempo, no es una Opción, Congregarse es es una Experiencia, es un Compromiso, y es una Necesidad.”
"Congregarse no es una Rutina, no es un Pasatiempo, no es una Opción, Congregarse es es una Experiencia, es un Compromiso, y es una Necesidad"
Autor: Jorge Colón
theoreihub@gmail.com
5.24.2025